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MARÍA SALADINA ORTIZ MORALES
( CHILE )
JULIA MARÍA SALADINA ORTIZ MORALES (YULY), con los seudónimos, SALADINA EUGEAMOR y LABRADORA POETA DE CHILE;
Nace em Santiago de Chile (1958). Poetisa autodidata, junto com sua mãe se criou na cidade de Talca e o início de sua vida escolar nas escolas Nº 12 e Santa Marta, onde se destacouó, na temprana idade, recitando poemas de Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou; ya en 1º básico, le gustaba mucho declamar y narrar cuentos a sus compañeros de clase. Finaliza sus estudios en el Liceo Comercial “A” 12 de la ciudad de Talca, en la especialidad de Secretariado Administrativo.
De la mano de su madre, conoce las letras, de su sangre, hereda la sensibilidad, el don de ocultos versos; de Gabriela y Neruda, se gestaron sus ideales, poéticas semillas, nidos de fuego, creación literaria, tal vez, tardía, por los abruptos desarraigos que rompieron sus sueños...
Sureños pueblos; Coyhaique, Patagonia Chilena, y Comodoro Rivadavia, Patagonia Argentina, y la ciudad de Neuquén, acunaron su nostálgica adolescencia... arraigándose en su alma los aromas de esas tierras.
El golpe militar de 1973, el dolor, sus víctimas, y personajes, y grandes poetas; son su inspiración, sus maestros, que impulsan la gestación de sus dormidos versos, impregnados en tertulias, peñas clandestinas; hoy, tal vez, en el recuerdo de quienes la conocieron...
Texto de https://www.redescritoresporlatierra.org/
TEXTO EN ESPAÑOL - TEXTO EM PORTUGUÊS
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BENDITO SEA TU CUERPO. Resumen del 1er Concurso Mundial de Poesia Erótica – Perú, 2007. Compilador: José Guillermo Vargas. Lima, Peru: Ediciones Ventana Andina, 2008. 358 p. 15 x 21 cm. No. 10 735 Ex. biblioteca de Antonio Miranda
DESÍGNIOS PARA DOS AMANTES
Desde un tempo que no conozco
oráculos de calladas emociones
desde piedras milenarias;
donde sus fulgores anidaran mi cabellera,
desde mi primer beso adolescente,
en gélidos silenciosos mantos de mi Patagonia encallada y dormida
te he buscado desesperada, agonizante,
mi ensoñado hombre moreno…
Y no me bastaron amores,
ni alamedas multitudinarias,
ni mi Che Guevara soñado en rostros encendidos…
todos ellos amores malditos, piratas amantes de mis cándidos
[cristales…
y seguí peregrina de amores, y aún encadenada…
te seguí buscando y te soñé tantas veces,
tú, invisible faz de mis acuarelas amanecidas…
Inexorablemente, marcharon las estaciones
y profecías en versos un día, me llevaron a sus alturas siderales,
entonces, ahí amor, amor del alma mía,
ahí estabas implorante, y arrodillado,
en tus vetustas reminiscencias… fuiste hablante juglar,
y un embrujo se me quedó en el alma, y yo, en ti,
sólo una luciérnaga etérea…
Qué cosa rara el danzar de los momentos,
Qué extraños dioses y sus designios…
seguí buscándote, mi amado, en espejos distantes…
y sólo eras un sonido de mandatos celestiales…
pero un día sin nombre, me llegaste amado, en gorjeos abrasantes,
quise huir de mis espejos,
quise huir de mis soledades…
pero escrituras omnipotentes, desataron tempestades
y me hiciste tu cautiva en fuegos amarantes.
¡Ay! amor aceitunado, te encontré al fin, en mis pedregales
que ya de otoño se visten,
te encontré, vida mía,
amor de caminos viejos oceánicos,
envejecida ave de suelos extraños
que en susurros ardientes me haces tu amante
y me tienes en tus incendios crepusculares,
como gaviota inmarcesible, comuna doncella híbrida en tus guaridas
de indómito guerrero…
Poquito a poco, suavemente, negro mío,
en tus urgencias de macho en celo me has profanado
y de mis cristales me has tornado en diamante candente
donde tus oleajes bravíos han inundado mis adentros de virgen
[insepulta…
Ay amor, amado, de un lapso sin nombre,
desde que tus terrosos labios me tocaron,
los cielos se derrumbaron… y en horizontes incandescentes,
dejé caer en mis geografías mutiladas, en mi sur triste tendido…
tus poros de tiempos transcurridos…
e hijos imaginarios sembraste jadeante en mis paisajes desolados
he sido tu asombro inusitado,
en mis estertores vaginales
y, tú, un victorioso guerrillero, usurpador cálido en mis trincheras
militantes…
Desde tiempos inmemoriales, mi vida,
papiros esculpidos ya tenían nuestros nombres… ya estaba escrito,
amor,
que tu negra piel y la mía alba, fueran ruidos volcánicos…
gritos enmudecidos en marchas belicosas,
lavas furiosas entre andes distantes, fueron gemidos, bramidos
crepuscularios,
fueron lágrimas emocionadas, eternos fuegos huérfanos
[ humedecidos…
Te amo, negro mío, desde este hoy recién parido,
desde tiempos ancestrales desconocidos
a los días que se vengan galopantes…
te amo desde mis Selenes apostadas en mi ventana
a las auroras desnudas desatadas,
te amo, desde mi cuerpo amnésico, al tuyo de amores frondosos,
te amo, desde mi cabellera dorada, a las tuyas ámbares…
desde mi roído vientre emergido de hijos, al tuyo boscoso de tantos
desde mis labios hambrientos y disecado
a todo tu sagrado y fogoso órgano cobrizo.
Amo nuestros sexos cuando de fiesta se engalanan
y a mi niña la vuelves, de intrépida princesa, a hembra iluminada,
en esos brazos tuyos que ahuyentan mis sombras fantasmales…
y me pierdo en tu oceánica mirada,
en dulces temblores agónicos insondables…
me pierdo, en tu gozo entrándome… y de una nueva victoria en tu
ceniciento
plumaje y de tus trinos avasalladores en mis lomos de gaviota
inmarcesible, que toda la vida… te estuvo esperando… esperando…
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de ANTONIO MIRANDA
DESÍGNIOS PARA DOIS AMANTES
Desde um tempo que não conheço
oráculos de caladas emoções
desde pedras milenárias;
donde seus fulgores aninharam minha cabeleira,
desde meu primeiro beijo adolescente,
em gélidos silenciosos mantos de minha Patagônia encalhada e dormida
eu te busquei desesperada, agonizante,
meu sonhado homem moreno…
E não me bastaram amores,
nem alamedas multitudinárias,
nem meu Che Guevara sonhado em rostos acesos…
todos eles amores malditos, piratas amantes de meus cândidos
[cristais…
e segui peregrina de amores, e ainda acorrentada…
te segui buscando e te sonhei tantas vezes,
tu, invisível face de minhas aquarelas amanhecidas…
Inexoravelmente, se foram as estacões
e profecias em versos um dia, me levaram
às suas alturas siderais,
então, aí amor, amor de minh´alma,
ali estavas implorando, de joelhos,
em tuas vetustas reminiscências… eras um falante menestrel,
e um feitiço ficou na minha alma, e eu, em ti,
apenas um vagalume etéreo…
Que coisa rara o dançar dos momentos,
Que estranhos deuses e seus desígnios…
segui buscando-te, meu amado, em espelhos distantes…
e eras somente um som de mandatos celestiais…
mas um dia sem nome, chegaste a mim amado, em gorjeios abrasantes,
quiz fugir de meus espelhos,
quiz fugir de mis solidões…
mas escrituras onipotentes, desataram tempestades
e me fizeste tua cativa em fogos amarantes.
Ai! amor azeitonado, te encontrei afinal, em meus pedregais
que já de outono se vestem,
te encontrei, vida minha,
amor de caminhos velhos oceânicos,
envelhecida ave de solos estranhos
que em sussurros ardentes me fazes teu amante
e me tens em teus incêndios crepusculares,
como gaivota imarcescível, comuna donzela híbrida em tuas tocas
de indômito guerreiro…
Pouco a pouco, suavemente, negro meu,
em tuas urgências de macho em zelo me profanaste
e de meus cristais me transformaste em diamante candente
onde tuas ondulações bravias inundaram pelo meu interior de virgem
[insepulta…
Ai amor, amado, de um lapso sem nome,
desde que teus terrenosos lábios me tocaram,
os céus desmoronaram… e em horizontes incandescentes,
deixei cair em minhas geografias mutiladas, em meu suor triste estendido…
teus poros de tempos transcorridos…
e filhos imaginários semeaste ofegante em minhas paisagens desoladas
fui teu assombro inusitado,
em meus estertores vaginais
e, tu, um vitorioso guerrilheiro, usurpador cálido em minhas trincheiras militantes…
Desde tempos imemoriais, minha vida,
papiros esculpidos já tinham nossos nomes já estava escrito,
amor,
que tua negra pele e a minha alva, eram ruídos volcânicos…
gritos emudecidos em marchas belicosas,
lavas furiosas entre andes distantes, eram gemidos, berros
crepusculares,
eram lágrimas emocionadas, eternos fogos órfãos
[ umedecidos…
Te amo, negro meu, desde este hoje recém parido,
desde tempos ancestrais desconhecidos
aos dias que venham galopantes…
te amo desde minhas Selenes dispostas em minha janela
às auroras desnudas desatadas,
te amo, desde me corpo amnésico, ao teu de amores frondosos,
te amo, desde mi cabeleira dourada, às tuas âmbares …
desde o roído ventre emergido de filhos, ao teu arborizado de tantos…
desde meus lábios famintos e empalhados
a todo o teu sagrado e fogoso órgão acobreado.
Amo nossos sexos quando de festa se adornam
e à minha criança retornas, de intrépida princesa, a fêmea iluminada,
nesses braços em teus que afugentam minhas sombras fantasmais…
e me perco em tua oceânica mirada,
em doces tremores agônicos insondáveis…
me perco, em teu gozo entrando-me… e de uma nova vitória em tua
acinzentada
plumagem e de teus trinados avassaladores em meus lombos de gaivota
imperecível, que por toda a vida… esteve te esperando… esperando…
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Página publicada em maio de 2024
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